Prepara esta receta de langosta para tus grandes eventos, ¡y sorprende a todos!
Si deseas conmemorar una fecha especial, la langosta es una gran opción pues, además de ser un alimento multifacético que puede prepararse de muchas maneras, le aportarás a tu menú una cantidad importante de proteína y ácidos grasos Omega 3. Disfruta esta langosta a la mantequillla con un toque de paprika. ¡Te sorprenderá!
¿Sabías que...?
Antes de 1900, la langosta era considerada una comida de plebeyos. Hasta 1920 fue que alcanzó un precio récord, convirtiéndose en un platillo lujoso y elegante.
Ingredientes para preparar langosta a la mantequilla
- 2 colas de langosta
- 1 cucharadita de paprika
- Pimienta negra recién molida al gusto
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- El jugo de 1 limón
- 1 cucharadita de cebolla en polvo
- Sal de grano al gusto
- Aceite de oliva al gusto
- 1 cucharada de hojas de perejil finamente picadas
- 7 cucharadas de mantequilla
Como preparar langosta a la mantequilla
- Haz un corte mariposa en cada langosta, retira cuidadosamente la carne y colócala encima de la propia cáscara. Con cuidado, desvénala.
- En un bowl pequeño agrega la cebolla y ajo en polvo, un poco de paprika, pimienta negra y agrega por último la sal de grano. Añade el jugo de medio limón y mezcla hasta obtener una textura homogénea. Rectifica el sabor según sea tu gusto.
- Con esta mezcla vas a untar ambas langostas a lo largo de toda su carne. Enseguida, vierte un chorrito de aceite de oliva en cada una y deja marinar por 15 minutos.
- A continuación, precalienta el horno a 200 ºC. Después, ingresa las langostas por 15 minutos.
- Durante ese tiempo, mezcla la mantequilla y el perejil picado hasta obtener una consistencia pastosa.
- Saca las langostas del horno y vierte sobre ellas este preparado de mantequilla, úntalas en su totalidad y regresa a hornear por otros 5 o 7 minutos a una temperatura de 160 ºC.
- Decora con perejil finamente picado y una pizca de paprika.
Tip
Acompaña este platillo con una guarnición de puré de papa, una pasta y por supuesto, una copa de tu vino blanco preferido.
